El tema del juego en lugares altos tiene que ver con las condiciones ambientales. A pesar de ser un factor más en medio de tantos a considerar, se ha convertido en asunto muy importante y un ámbito controvertido de discusión. Pero el medio ambiente y su relación con la práctica deportiva debe tener otras atenciones que también tienen incidencia con el juego del balón. El hombre récord del mundo en Maratón Gabriesselassie, ya lo puso en la agenda mundial: no correrá los 42 Km por la excesiva polución que persiste en Beijing.
El avance industrial contribuye, en parte, a la destrucción y deterioro de la naturaleza con promotores y detractores en ambos bandos. El tema del medio ambiente no excluye al deportista y particularmente a la gran empresa del fútbol. Y no sólo al deporte de altos logros en el que el clima imperante o el nivel de polución influye en su desempeño. También en el aficionado con perjuicios similares aunque no sólo en el rendimiento, también en la salud.
El deterioro de la capa de ozono y la polución afectan en sumo grado la salud, la aptitud y la calidad de vida. El trastorno fisiológico parte de la incapacidad de la persona que se ejercita de tomar, transportar y utilizar eficientemente el oxígeno, elemento clave del ejercicio. Esto puede darse por aire viciado con proporciones más altas de gas carbónico, molécula que compite con el oxígeno lo que afecta el rendimiento de un futbolista. Estudios efectuados en atletas que se ejercitaron con igual intensidad y duración pero en diferentes lugares dieron argumento a la influencia del medio ambiente en el rendimiento humano.
Estas investigaciones compararon jugadores en el llano (al nivel del mar), en la altura, en ambientes de grandes ciudades así como en localidades exentas de humos y combustiones provenientes de carros, fábricas etc. No es sorprendente que los lugares donde abundan los longevos, tienen la enorme virtud de no contar con movilidad a motor o es muy reducida, siendo casi su único medio de transporte la tracción humana.
Han servido para estudiar estos fines cuyos resultados no han hecho otra cosa que reafirmar científicamente lo que marca el sentido común. La influencia de un medio ambiente adverso puede afectar el rendimiento psicofísico y la salud del ser humano. Y esto en los futbolistas de altos logros, puede ser definitivo.
Hay otros factores del medio que afectan directa e indirectamente el rendimiento deportivo y la salud. Entre ellos se destacan el ruido y el impacto directo de la luz solar bajo cuyos rayos, sobre todo en las épocas estivales, se hace más difícil mantener un buen rendimiento mas allá de estar bien hidratado, utilizar indumentaria apropiada o de cubrirse la cabeza.
En cuanto al ruido el nivel de saturación y superación de la capacidad de tolerancia auditiva del oído humano afecta negativamente el rendimiento. Fisiológicamente, los decibeles en exceso, sobre todo en circunstancias agudas e inesperadas como puede ser un «pitazo», provocan un aumento de los niveles de adrenalina presión arterial y de frecuencia cardiaca. Ello puede ocasionar un incremento del riesgo cardiovascular o un aumento del ritmo cardíaco (taquicardia) llegando la fatiga física precozmente. Pero en un futbolista sensible afecta sus motivaciones que se pueden reflejar como un «bajonazo» en el césped.
La medicina del deporte, por tanto, entra en la discusión a favor de la preservación del medio ambiente cuando del rendimiento se trata y el fútbol no puede quedarse por fuera.
*Especialista en ciencia deportiva
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