Por Leopoldo de Quevedo y Monroy / Loco-mbiano.

https://es.wikipedia.org/wiki/Dante_Alighieri

Aquel atrevido humano con ojo de adivino y mente de agua clara, de lenguaje que bullía y tronaba sale al paso en cada peñasco de la vía o en la orilla del nauseabundo lago Estigia. Permanece, bajo laureles, escondido al ojo humano porque nadie se fijó en él en vida. Jamás sabremos de dónde salió tanto río y en qué esquina del mundo conoció la suerte de ladrones, traidores, mentirosos o iracundos. Con él los cristianos y el impío supieron hasta dónde pueden llegar con sus infames acciones.

¿Es un épico escritor, un poeta de la descripción, un músico del dolor o un juglar que quiso cantar y llorar las dulzuras del paraíso y las maldiciones de las cloacas? O, más bien, fue llevado en éxtasis por su amor platónico por Beatriz Portinari y en su viaje conoció las delicias del bien y la tortura del mal?  Pasó casi inadvertido en su ciudad-Estado Florencia, mas su ojo y su nariz percibían el ambiente de las cortes y la conducta de sus gobernantes y pala-ciegos.

Durante di Alighiero degli Aleghieri no fue fruta que corría de mesa en mesa en su época. Pero pareciera que asistió a cuanto banquete ocurría y allí oyó y observó sin necesidad de cámaras cuanta podredumbre se puede hallar en cualquier sociedad refinada. La traición, la venganza, la trampa, la envidia, la gula, la ambición, el despilfarro, la ira o la mentira son las fieles compañeras de los comensales en sus cenáculos o parlamentos. Estas son las caras que se retratan en su famosa Comedia, más los tormentos que a ellos se aplican sin sentencia de un tardío juez.