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Jueves, 1 de junio de 2023. Última actualización: Hoy

Crónica de un triste diciembre

El viernes 10 diciembre, 2021 a las 8:48 am
Imagen cortesía de: rapsodiadigital.wordpress.com

Crónica de un triste diciembre

Crepitaciones 2021

Cada vez que llega diciembre, el mes más feliz para Raimundo y todo el mundo, a mí personalmente me invade una tristeza infinita que la llevo por dentro, muy adentro de mi ser y que muchas veces no la muestro a simple vista, cuando me encuentro con los (las) demás, expresando siempre mi alegría y mi sonrisa de oreja a oreja, tanto es así que en mi casa me dicen “el hombre feliz”, pero como muy bien lo dice el conocido refrán: «la procesión va por dentro», que en mi caso personal lo puedo cambiar por “diciembre va por dentro», por muchos motivos que en la presente crónica voy a tenerla oportunidad de compartirlos con ustedes, amables lectores, y que se refieren a motivos muy poderosos, tristes, pesarosos, sobre mi santa madre, su asesinato, el mes de diciembre, el día de las velitas, los alumbrados, recuerdos de mi infancia en mi pueblo del alma, en mi gran Bolívar, Cauca. Acompáñenme amigos, (as) y disculpen mi historia.

Mi santa madre, Amelia Medina de Dorado, natural de Piendamó, Cauca, que en paz descanse, alcanzó a vivir 65 años con tranquilidad, hasta que los guerrilleros de las antiguas FARC, la asesinaron vilmente de un disparo de fusil el pasado 8 de diciembre del 2000, hace ya 21 años, cerca del CAI de Bellavista, a la entrada a Popayán, por la entrada norte. Ella iba cómodamente sentada al lado izquierdo de un colectivo urbano que conducía un hermano, junto a mi padre (Q. E P. D) y otros hermanos, invitados para observar el alumbrado de Popayán, junto a unos pocos pasajeros de ocasión, cuando fueron atacados a mansalva por unos facinerosos sin Dios y sin ley, disparándoles a la llantas de los vehículos, cuando una bala entró por el lado donde estaba mi madre, hiriéndola gravemente, siendo llevada de inmediato al Hospital Universitario San José, donde falleció…

Madre de 11 hijos, 6 hombres y 5 mujeres, siendo yo el mayor, siempre se distinguió por su total entrega y mística a nuestra crianza, sin desmayos y sin quejas, como lo hacen todas las madres del mundo, con una paciencia infinita, una devoción incólume, una sonrisa mágica y un amor de madre a toda prueba, aún en medio de las dificultades y penurias más extremas. Recuerdo una vez, cuando tenía unos doce o trece años, había observado en la librería de don Miguel Delgado, en Bolívar, Cauca, una revista Selecciones del Readers Digest, con una hermosa carátula de unos ángeles azules y unas caritas felices. En aquel tiempo, como ahora, era muy aficionado a la lectura, y como no tenía plata para comprarla, le pedí el favor a ella que me la comprara, me respondió que no tenía y entonces me puse a llorar con todas las ganas, quedándome dormido en su regazo. Al otro día, cuando volví de la escuela, estando almorzando, me entregó plena de alegría y con su eterna sonrisa de siempre y encima de un plato metálico adornado con flores de los de antes, la revista, ante lo cual, corrí hacia ella, la abracé y le di el más sonoro y cálido beso, que nunca olvidaré, mientras esté vivo. Solamente Dios sabe qué gestiones hizo ella para conseguirme la revista y regalármela.

Ahora que ustedes saben los motivos poderosos por los cuales el mes de diciembre no es igual para mí al igual que a la mayoría de las personas, espero me comprendan y entiendan mis versos cuando expreso: ellos mataron a mi madre Amelia / ellos asesinaron a Colombia entera / a ellos los perdono ahora / y los perdona también mi patria /.    

Correo electrónico: jaendor70@hotmail.com

Twitter: @javiergolden_

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