
Foto: Registraduría
Cómo es de bueno esto

A mí me gustaría que las campañas, todas ellas: -para presidente, para gobernadores, alcaldes, diputados, concejales de ciudades y municipios, y ediles de las Juntas Administradoras Locales-, duraran más.
Es que yo me transporto escuchando a candidatos y candidatas cuando presentan sus propuestas; cuando desde cualquier lugar nos lanzan sus discursos tan conmovedores, tan prometedores, tan esperanzadores. Es más: me gusta la transformación de sufren, el grado de inteligencia que adquieren, la capacidad de ver el futuro que demuestran, la genialidad para resolver problemas que expresan.
Meses atrás, no muchos que digamos, cuando los que hoy actúan como candidatos eran gente del común, ciudadanos de la normalidad, no sabían que sucedía en sus territorios, nunca convocaron a la gente de su entorno a pedir más seguridad, a proponer a las autoridades mejores vías para todos y mil etc. más; pero ahora si para qué, se transformaron en gurúes capaces de ver el futuro, de dar solución al más mínimo problema que se atraviese.
Los que venden cámara de seguridad deben estar haciendo cuentas de que prontico se van a tapar; pues todos los candidatos están hablando de redoblar el número de cámaras en las ciudades donde las hay y de instalar nuevas donde aún, aquellos que están culminando sus gobiernos, no tuvieron la visión de instalarlas para combatir la delincuencia.
Me gustan los buenos modales de los que hoy presumen pues antes de dar la primera respuesta en una entrevista, agradecen de manera efusiva a los integrantes de la mesa de trabajo; saludan cálidamente a los oyentes de esta prestigiosa emisora -lo de prestigiosa no se lo ahorran con ninguna persona que les ponga un micrófono delante- y agradecen la sintonía para que se puedan enterar de las propuestas que les cambiará el modo de vivir a todos y a todas.
«Esta ciudad está hecha un caos —señalan casi siempre que inician sus intervenciones—. Ya no resistimos más estos problemas de movilidad que aquejan a nuestra amada ciudad y es por eso que yo les ofrezco, que daré solución a este flagelo que nos tiene al borde de la locura. ¿Dónde están nuestros impuestos?, ¿dónde han ido a parar las promesas que este gobernante nos hizo durante la campaña que lo llevó a la alcaldía? Esto tiene que cambiar y para eso estoy aquí, seguro de que con ustedes, estimados ciudadano, derrotaremos estos atascos que hoy nos hacen perder el tiempo precioso que necesitamos para otros menesteres.
Y así, lentamente van ofreciendo solución al inventario de necesidades que llevan anotadas en una hoja y a las que sin ningún rubor ofrecen darle solución tan pronto lleguen al cargo para el que están postulándose.
Y en un tono como de grito herido finalizan la perorata recordado su número en el tarjetón y rematando “si no es ahora cuando lo haremos”. El cambio lo encarno yo estimados amigos y amigas.
Luego vienen las selfies con quien quiera arrimarse hasta el que para la ocasión pone la mejor sonrisa misma que nadie volverá a ver cuando el candidato llegue a ocupar el cargo para el que está haciendo su campaña.-
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