
Colombia, con un pie en el estribo

Jugados cuatro partidos de la ronda clasificatoria suramericana para el Mundial de Fútbol de 2026 y mientras se cumplen los dos enfrentamientos que se avecinan, con Brasil en Barranquilla el 16 de noviembre y con Paraguay el 21 en Asunción, bueno es echarle una miradita a nuestra selección.
Entonces, si detallamos los resultados (tres empates y una victoria, esta ante Venezuela) de cuatro partidos, pues hay que reconocer que el balance es apenas aceptable: seis puntos de doce para reflejarnos en la quinta casilla entre los diez participantes, además, con apenas tres goles en 360 minutos reglamentariamente jugados.
Lo anterior quiere decir que hemos cosechado el 50%. Justo, la mitad de lo disputado y que somos quintos, también justo en la mitad de la tabla.
Ahora, como la permisividad de la FIFA alcahuetea que de los diez países suramericanos se clasifiquen directamente seis y que el séptimo dispute el llamado repechaje, lo que le da una opción del 50%, pues podríamos decir que lo hecho hasta hoy no es preocupante y relativamente la clasificación puede darse por descontada.
Sería desastroso que, con los avances que ha evidenciado nuestro fútbol, en una ronda de la que apenas tres de diez países se quedan apeados, nos quedáramos con la ilusión mundialista.
A mí me parece que, mirando con objetividad los números y alargando la vista hacia el objetivo primordial, que es la cita del 2026, no estamos muy bien, pero tampoco tan mal. Mejor dicho, el mismo mitad y mitad numérico. Ello, pues, de cara al Mundial.
OTROS OBJETIVOS
Sin embargo, se hace necesario puntualizar la mirada en el futuro más cercano: la Copa América, la renovación del plantel y, por qué no decirlo, lo que nos presenta el equipo nacional, futbolísticamente hablando, porque se notan grietas o incongruencias defensivas y una preocupante cuota de gol. No se ve un equilibrio sensato, no obstante las notables individualidades, tanto en veteranos como en nuevos aportes al combinado.
Seguramente me contradirán, porque si se está disputando el cupo al Mundial del 26 y en ese propósito vamos bien, casi seguros, ¿cuál es la objeción?
Sí, es cierto, de diez selecciones están aseguradas seis más la opción de la séptima mediante el repechaje. Quedarnos por fuera, casi que imposible.
Lo que pasa es que, por una parte, antes de la cita orbital está la Copa América que se jugará en junio del 24 y, nos parece, ya Colombia tiene un fútbol de pantalones largos, al que se le puede exigir, no sólo buena participación, sino el título de ese certamen. Ahí no se puede ser conformista. Ganar la Copa América debe ser el tiro al blanco y el trampolín para un seleccionado que en el camino va forjando una digna representación en el Mundial. Una cosa debe llevar a la otra. O, para ser más gráficos, darles de comer a dos pájaros en mismo plato. Para eso hay capacidad económica y futbolística.
Por otra parte, tras todo lo anterior y siendo prudentes, nos parece que nuestra Selección aguanta la exigencia de un mejor nivel en su fútbol, de un espectáculo más vistoso y coherente en sus líneas, que colme en un alto porcentaje el gusto de un país que, evidentemente, conoce y entiende hasta dónde se puede pretender.
Así, a la luz de los resultados recordemos que Argentina es primera con cuentas perfectas: doce puntos de doce disputados; Uruguay, Brasil y Venezuela tienen siete, Colombia seis, Ecuador, Paraguay y Chile cuatro, Perú uno y Bolivia cero. No estamos muy bien, tampoco tan mal. Quintos entre día. O sea, con un pie en el estribo.
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Otras publicaciones de este autor: https://www.proclamadelcauca.com/?s=luis+enrique+delgado
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