
CARAVANAS VALIENTES

CREPITACIONES 2020
No sé por qué, pero en mi caso personal, de acuerdo a mis frecuentes y provechosas lecturas de cuanto rico e interesante material impreso pasa por mis manos y mi curiosa vista, cada vez que leo y escribo el sustantivo común CARAVANA: “grupo de personas, mercaderes, peregrinos, etc., que se juntan en la misma dirección a pie, o en algún vehículo, a través de zonas despobladas o peligrosas para ir prevenidas y ayudarse en caso de necesidad”, al instante las relaciono siempre con un “desierto” acordándome de los libros que hablan de aventuras en países exóticos, estilo “Las Mil y una Noches” (de autor anónimo) y también, con más fuerza me acuerdo del tema bíblico, con el episodio de la famosa caravana de los Israelitas, esclavizados en Egipto de parte de un Faraón, y liberados y guiados luego por el gran Moisés, a través del desierto, llegando al Mar Muerto, después al Monte Sinaí y llegando a la Tierra Prometida, donde ya se establecieron en varias comunidades, viviendo en paz y concordia, formando así el actual estado de Israel.
De acuerdo a la explicación anterior, caen como anillo al dedo, dentro del contexto colombiano, las diferentes caravanas que recorren el país durante estos días y que se están convirtiendo en noticias de indudable interés e importancia, como expresiones sociales de descontento, de protesta, reclamando a varias voces y en todos los tonos posibles sus derechos vulnerados y fundamentales de vida, paz y dignidad, acudiendo en últimas instancias a esas formas de movilización social ante un estado totalmente paquidérmico, indolente, inepto como el actual, para nuestra desgracia nacional y para rematar, SORDO, CIEGO Y MUDO (como canta Shakira), aplicando en forma las consignas sociales “la unión hace la fuerza” y “el pueblo unido, jamás será vencido”, para hacerse visibles y lograr sus propósitos para una vida digna, porque ya está demostrado que en Colombia siempre hay que estar a la ofensiva y en plan de lucha para conseguir lo que siempre nos niegan los gobernantes despóticos que hemos tenido como el actual.
Siguiendo con lo comentado antes, en la actualidad tenemos dos caravanas que están mostrando cada una dinámica social digna de atención y unos propósitos fundamentales, olvidados por el estado con segunda intención:
1.- La Caravana de los excombatientes de las antiguas Farc, junto con los integrantes del Consejo Nacional de Reincorporación, provenientes de varios departamentos del país, quienes en un número de 2000 ya están en Bogotá, PARA QUE LOS ESCUCHEN, reclamando los sagrados derechos de la VIDA y la PAZ, pues ya han sido asesinados 236 de sus integrantes, desde que se firmó el Acuerdo de la Habana, en el 2016, lo mismo que el cumplimiento fiel del mismo, el cual no lo ha hecho el actual gobierno Duquista-Uribista.
2.- La Caravana Humanitaria del Cañón del Micay: “Un canto por la vida y la paz del territorio”, desde el pasado 30 de octubre /20, desde Popayán a López de Micay, pasando por Argelia, al sur del Cauca. Como siempre, el señor Emilio Archila, consejero presidencial, habló mal de ella, tildándola de politiquera, como buen títere duquista y enemigo de la paz.
No olvidemos la pasada caravana de la Minga Indígena, que tuvo un éxito nacional e internacional. En conclusión, las caravanas comentadas muestran un estado fallido e incompetente, sin brújula, frente a unos sectores populares fortalecidos y valientes, que reclaman sus derechos vulnerados de la paz y la vida.
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