
Foto: El Colombiano
Caminos paralelos
En Colombia, el objetivo de Gustavo Petro, para el 2026, consiste en sentar las bases para que el país se convierta en un líder de la protección de la vida. En Chile el objetivo perentorio de Gabriel Boric, un año después de llegar al poder, radica en lograr que los puentes con la derecha chilena no se rompan.
En Colombia las próximas elecciones serán el 29 de octubre. El Pacto Histórico apuesta a mantener los millones de votos con los que fue elegido Petro y ganar la mayor cantidad de Gobernaciones, Alcaldías Y Escaños. En Chile las próximas elecciones serán el 7 de mayo. Para el gobierno de Boric serán decisivas. Ese día el pueblo chileno votará los miembros de la Asamblea que escribirá una nueva carta constitucional, los anteriores sufragios fueron un fracaso.
En Colombia están en camino cuatro grandes reformas: la salud, la pensional, la política y la tributaria. Por ahora, la de la salud se sigue negociando entre las diversas fuerzas políticas para que no se hunda. En Chile la reforma tributaria acaba de sufrir una derrota en la Cámara de Diputados. Revés bien duro, porque se queda sin financiación la reforma pensional y las promesas de campaña.
En Colombia el actual gobierno no es fuerte en el Congreso de la República. El partido político Cambio Radical se acaba de declarar en oposición. Otros partidos y movimientos políticos, que el pasado 7 de agosto decían acompañar al gobierno, hoy están muy distantes. En Chile el actual gobierno está sin mayoría en el Parlamento. En momentos abriga esperanzas. La real situación política chilena evapora esas ilusiones.
En Colombia el presidente, de 62 años, es el líder de un gabinete ministerial mixto, que hoy hace aguas. Algunos han salido por la puerta de atrás. Las críticas arrecian. Lo anterior no inmuta a Petro. En Chile el presidente, de 37 años, ha sido el líder de una nueva generación sin experiencia, pero con un valioso nivel de profesionalidad. Tras duras derrotas Boric tomó medidas. Ha transformado su boceto original y ha agregado a personas más expertas.
En Colombia hace tránsito la propuesta de la Paz Total. Elogiada por unos y criticada por otros camina lentamente. Tiene caminos para recorrer, incluso con grandes ciénagas y lodazales. La idea es que los colombianos la podamos conocer, analizar y participar activamente en esta cruzada histórica. En Chile es necesario que el gobierno de Boric, los cercanos y los críticos se bajen del pedestal moral que han construido y reconozcan de verdad que están maduros para meter baza en el perdón y la memoria de un pasado tiránico.
En Colombia, Petro sortea críticas a su familia. El centro: su hijo Nicolás. Un pelao alegre y don juan, con habilidades no éticas en el raro mundo de la política y los negocios. En Chile a Boric, de vez en cuando, le reprochan a propósito de la familia que lo adoptó en Francia. Qué cosas tiene la vida.
Lo cierto es que, tanto en Colombia como en Chile, el diálogo con las derechas no solo parece necesaria para la gestión de Petro y de Boric, sino para la evolución de reformas inaplazables por las que ambas sociedades han hecho cola: salud y pensiones. Apremia que el razonamiento, entre las élites económicas y políticas y la sociedad civil, no se atasque y mantenga abiertos los puentes de comunicación. Que tanto derechas, centro e izquierdas entiendan que es urgente superar los niveles de pobreza e inequidad que viven cientos de miles de ciudadanos. Que el planeta agoniza. Como lo escribe Adela Cortina, que otro mundo sí es posible, que es urgente apelar a la responsabilidad compartida. De resto, estaremos condenados a cien años más de soledad y barbarie.
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