
CABALGANDO
Por Carlos Alberto Lenis García
Wimbledon, el torneo del Grand Slam que se juega en Inglaterra desde 1877, el que guarda aún la esencia del Deporte Blanco, sus participantes deben estar con su indumentaria de color inmaculado, ha tenido entre el pasado jueves y este viernes dos enfrentamientos que no nos permitieron cerrar mirada.

El enfrentamiento de tercera ronda entre el australiano Nick Kyrgios y el español Rafael Nadal estuvo siempre salpicado, pese a ser un gran jugador, por las displicencias del primero, quien no deja de hacer su show con gritos, gestos y miradas que quien no lo conociera afirmaría que no se está al frente de un tenista sino de un loco o un mal payaso, tanto que los locutores de ESPN lo han llamado “el desatapado”.
En lo técnico deportivo tiene sus puntos altamente positivos como su saque; en este juego realizó 36 Ace (punto ganado en el servicio), cuya velocidad puede alcanzar más de 200 kms por hora. En ese aspecto es un fuera de serie, pero tiene unos menos cuando se desproporciona en jugadas molestas como el de dejar cortas las bolas con efecto, su drive, golpe de derecha es fuerte y a veces letal.
En este juego Nadal estuvo sembrado de la tranquilidad que le hace magistral, lo que le permitió pese a los esfuerzos del australiano en el ganarle, el resultado lo dice; 3-6 6-3 5-7 y 3-7 derrotarle en más de tres horas y medio de partido.
Los ortodoxos del tenis afirman que Kyrgios no juega al tenis. De todas maneras nos divertimos viendo a estas dos figuras, cada uno en lo suyo.

El partido de este viernes entre la juventud y la veteranía, Novak Djokovic y Hubert Hurkacz, el Serbio de 32 años y número uno del mundo, el polaco de 22 años puesto 48 en el ATP, se rodeó desde el comienzo y hasta el final de las más bella exhibición del tenis en gramado, la cancha de Wimbledon es de césped, la única del Grand Slam, donde vimos que en nada influyeron las diferencias que existieron entre los rivales, con jugadas permanentes de mucha emoción, devoluciones muy bien ejecutadas, movimientos en profundidad y en la malla de muy buena calidad, respuestas continuas de ambos que nos dejaron el mejor sabor de un match de esta naturaleza.
La fortaleza y administración del turno de Djokovic lo hicieron ver una vez más grande. Las respuestas extraordinarias de Hurkacz denotaron que va con paso de gigante a meterse entre los grandes.
Pocos errores, aunque en los dos últimos sets el joven polaco se desacomodó, fueron más las buenas ejecutorias que llevaron a que este partido fuera de mucho comentario.
Al final el número uno del mundo ganó con parciales de 7-5 6-7 6-1 y 6-4.
Dos partidos de características diferentes que dejan comentarios de mucho contenido.
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