Aprovechando la vacancia del primer “puente” festivo del año, con algunos amigos tomamos la afortunada idea de viajar al Departamento del Quindío. Estas tierras eran conocidas por mí desde hacía muchos años, cuando formaban parte del Gran Caldas, y eran eminentemente cafeteras pero su “revolución turística”, llegó después, apenas cumple quince años.

Iniciamos el viaje visitando a Salento, por esos días en fiestas, con motivo del cumpleaños ciento sesenta y ocho. Salento fue fundado en 1842, por orden del Presidente Pedro Alcántara Herrán, razón que la anticipa al majestuoso proceso que constituyó la Colonización Antioqueña y que coloca a Manizales como el mojón inicial en 1848.
Es lugar para el paso del Camino Nacional de Colombia y por sus lugares pasaron sabios y hombres de ciencia del mundo: José Celestino Mutis 1.773, Francisco José de Caldas 1.795 y 1.802, Alejandro Von Humboldt 1.801, Simón Bolívar el 5 de enero de 1.830, cuando pernoctó en Boquia y Barcínales siendo por estos lugares y días cuando escribe y promulga un primer decreto- el 25 de enero de ese año- dirigido a poblar la región y arreglar el Camino Nacional del Quindío, decreto que inicia diciendo “se abrirá el camino de herradura en el paso de los Andes, denominado Quindío, que va de la ciudad de Cartago hasta Ibagué”.

En la actualidad existe un sinnúmero de valores naturales, ecológicos, culturales, sociales, arquitectónicos e históricos agregados al Municipio, de los cuales la comunidad, a través de su proceso de evolución social, ha ido conservando, protegiendo e innovando buscando mejorar cada día más y el deseo de mantenerse en el tiempo. Salento se ha convertido en el lugar turístico por excelencia del departamento.

A la hermosura de su arquitectura se agrega lo que han hecho los salentinos, con su vía principal, al convertirla en calle de artesanías, todos los espacios debidamente decorados enseñan a los viajeros las múltiples ofertas artesanas propias y extrañas y la gastronomía no se queda atrás, pues su producto estrella, cultivada en el “Valle de Cócora”, la trucha, la saben preparar en toda su exquisitez. Cualquier turista luce orgullosamente las artesanías mientras degusta un buen plato de trucha preparado con altura en los buenos restaurantes creados para tal fin.
Buscando donde alojarnos en un sitio equidistante de Salento y el Parque Nacional del Café, escogimos una hermosas finca en las afueras de Circasia, allí pernoctamos la primera noche. Fuimos atendidos por un quindiano raizal, que con conocimiento nos enseñó la riqueza de su departamento y como con los años van cambiando los oficios, sus mayores cafeteros natos tuvieron la fortuna de educar a sus hijos, los que avizorando el futuro del turismo como actividad económica se prepararon para atenderlo con profesionalismo. Todos los detalles de buenos anfitriones fueron expuestos con sencillez y alegría, a los subalternos los preparan para que los turistas tengan una grata estadía.

Don Braulio Botero un hombre del lugar, ex gobernador del Caldas Grande y propietario de extensas tierras en Circasia, donó las tierras para que allí se construyera un Parque Cementerio Libre, lugar que se constituye en insignia de la libertad de culto y tolerancia de los habitantes de Circasia.
Conté con la fortuna de conocer con intimidad al Maestro Leónidas Méndez Vera, artista de la región, quien es el autor de los trípticos que adornan el Parque Cementerio e igualmente de la estatua de Ñito Restrepo, versátil e influyente escritor, historiador, jurisconsulto y economista , gran orador del partido Liberal Colombiano, natural de Concordia, Antioquia, murió en Barcelona, España, en 1933 y sus restos reposan en el Cementerio Libre de Circasia, autor del hermoso himno del cementerio, un canto a la libertad y lugar de reposo de los libre pensadores para hacer escapar a su familia de un vergonzoso entierro en los muladares de la Iglesia Católica de entonces para enterrar a los ateos, excomulgados y suicidas, lo cual suponía un castigo para el difunto y mas para la familia.

Antonio José Restrepo, de su Concordia natal cantaba: “Concordia, tierra de parias, putas y gente noble…”

El cementerio también es lugar de reposo para los Masones, razón para entender que los antepasados del ex presidente Gaviria, se encuentran allí, aunque su origen es de Antioquia en la diáspora que constituyo la Colonización Antioqueña, viajaron inicialmente a Salamina y de allí pasaron a fundar a Pensilvania para terminar en las tierras quindianas, donde encontraron su descanso terrenal. Los hijos posteriormente poblaron las tierras Quindianas y Risaraldenses.

Después del debido descanso y conversatorio con las gentes del lugar, viajamos en busca del Parque Nacional del Café, ubicado en Montenegro.
El Parque Nacional del Café, fue fundado en 1995 por la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia y el Comité Departamental de Cafeteros del Quindío, pertenece a la Fundación Parque de la Cultura Cafetera y es una entidad sin ánimo de lucro destinada a la preservación del patrimonio cultural e histórico del café en Colombia, a la promoción de actividades culturales, recreativas, ecológicas y al impulso del ecoturismo en la región.

Es un parque temático y de atracciones lleno de todo el esplendor del paisaje quindiano donde encontrará toda la magia y la historia de la cultura cafetera.