BAJAR («DERRIBAR SIN DESTRUIR») TODAS LAS ESTATUAS E ICONOS DE PODER
Con ocasión de lo que acaban de hacer los amigos Guambianos o Misak, traigo a relación lo que escribí en junio 14 de este año…
LAS ESTATUAS, EL ARTE, EL CULTO A LA PERSONALIDAD Y LA IMPORTANCIA DE BAJAR («DERRIBAR SIN DESTRUIR») TODAS LAS ESTATUAS E ICONOS DE PODER

El hecho de que en buena parte del mundo se estén bajando de sus pedestales una serie de iconos y estatuas, ha repercutido también en la vida política y cultural de Popayán.
Un grupo clandestino cubrió en días pasados la estatua de Sebastián de Belalcázar con un manto negro y emitió un comunicado reivindicando dicha acción con argumentos históricos, en general válidos.
No obstante es importante contribuir con el debate que se ha generado. Acá, algunos puntos:
– Todas las obras de arte cuentan una historia y responden a un contexto. Pero cuando los poderes establecidos utilizan el arte para legitimar su poder, en gran medida esas obras pierden su sentido artístico y se convierten en herramientas de dominación cultural y político. Son símbolos de clasismo, racismo, discriminación y dominación de todo tipo.
– Por ello, esas obras de arte (incluyendo la pintura del maestro Martínez que está en el Paraninfo de la Universidad) deben ser desmontadas y expuestas en los museos, y también, abrirle espacios en los museos a los íconos y símbolos de los pueblos oprimidos, dominados y discriminados.
– No obstante, el acto político de «derribar» (tumbar) estatuas, como acto de rebeldía y de rebelión no solo son válidos sino necesarios, pero, en aras de ganar opinión y realizar pedagogía política, hay que tratar al máximo de no dañarlas ni destruirlas. Incluso, no importa que la clase dominante en el poder la vuelva a «subir», es el acto simbólico bien realizado el que nos debe interesar.
– Lo que no considero conveniente es que esos actos sean realizados en forma aislada de la movilización social y que paralelamente no se impulse un debate amplio y profundo. Cuando dichas acciones se hacen en desconexión de las fuerzas sociales, se les da argumentos a los sectores retrógrados para decir que esas acciones son realizadas por la «guerrilla camuflada», y promover la violencia y la persecución de los líderes sociales.
– En el siglo XXI ya no deben levantarse ni mantenerse estatuas de ninguna persona, y todas deben ser mantenidas en museos. La calle y el espacio público debe ser democratizado y las obras de arte que representan la dominación de un sector social o político deben ser guardadas. Hasta Fidel Castro comprendió esa verdad y por ello prohibió que le hicieran estatuas.
– Es importante que los movimientos sociales en esta coyuntura no desaprovechen este momento. Hay que presionar y solicitar el desmonte de esos monumentos que van en contra de toda sensibilidad social, porque representan la discriminación, la opresión, el racismo, el clasismo y el genocidio de los pueblos.
– Pero también debemos organizarnos para «bajarlos» (física y materialmente hablando) porque sabemos que esta casta dirigente no los va a desmontar fácilmente. Pero al hacerlo, debemos realizarlo como parte de una ACCIÓN CIUDADANA, masiva, y no como la acción de un grupo aislado, lo cual le da oportunidad a las derechas retrógradas de crear un ambiente de tensión y de violencia que solo les conviene a ellos.
Hay que oficializar la propuesta (aquí lo hago), generar y profundizar el debate pero, también realizar un acto de fuerza masivo y contundente. Estatuas como las de Julio Arboleda y Sebastián Moyano (Belalcázar) son una verdadera afrenta a la dignidad de los pueblos.
**************************
Otras publicaciones de este autor en Proclama del Cauca y Valle:
Deja Una Respuesta