
Foto: El Colombiano
Anécdota de una columna – I

Mientras leía «Diccionario de anécdotas» iba chuleando algunas, en la intención de compartirlas con los lectores. El número se elevó a más de veinticinco. Entendí que era imposible, y limité la publicación a solo dos artículos. Con el primero, recibí a vuelta de correo el siguiente comentario: “Leí su escrito sobre anécdotas. Muy bueno, conviene más sobre el tema”. Con el segundo artículo, este fue el comentario: “…son amenos, el tema gusta, escriba otros”. El autor de los correos es el artista y escritor Rodrigo Valencia Quijano. Ante una voz tan autorizada, me veo abocado a, 1) revisar mi decisión, y 2) a que la dirección del periódico me lo permita, y si me lo permite, cedo el espacio que sigue a anécdotas chuleadas.
Alfonso XIII (1886-1941). Último monarca español antes de la Guerra Civil. En 1931 abdicó al trono y se exilió en Italia, donde murió.
«El rey se hallaba de cacería, en un descanso; el duque de Peñarada le comentó:
–La verdad es que puede vuestra majestad estar satisfecho del país; todo parece que ha mejorado mucho en los últimos años.
Y el rey le replicó con una pregunta:
–¿Sabes lo que dicen en Cataluña los arrieros?
El duque no lo sabía.
–Pues dicen así: “Si estás enfermo, cúrate; si te crees sano, cúrate con más cuidado, pues a lo mejor desconoces tu enfermedad».
Aristóteles (384-322 aJC). Filósofo, matemático y científico griego, fue uno de los hombres más sabios de la Antigüedad. Discípulo de Platón, tuvo a su cargo la educación de Alejandro Magno…
«Un discípulo le preguntaba por qué hay en el mundo tantas cosas bellas.
–Tienes la vista bien, –inquirió.
–Sí.
–Pues nunca debiste hacer esa pregunta, que es una pregunta propia de ciegos».
Augusto (César Octavio) (63-14 aJC). El primero y más importante de los emperadores romanos, fue proclamado como “dios” por el Senado. Impulsó la economía, las artes y el poderío del Imperio Romano.
«Un poeta griego, cuyo nombre no registra la anécdota, todas las veces que en la calle se cruzaba con Augusto, lo detenía y le leía versos. Augusto lo escuchaba complacido y los elogiaba. Pero no pasaba de ahí y nunca le hacía algún buen regalo. Hasta que un día le obsequió algunas tablillas para que en ellas siguiera escribiendo versos. Y el poeta echó mano a su bolsa, extrajo algún dinero y se lo dio a Augusto.
–No es mucho si tenemos en cuenta todo lo que usted merece. Cuando tenga más, le daré más.
Augusto, sin enfadase, asimiló la lección y le hizo dar una buena cantidad».
Dante Alighieri (1265-1321). Poeta italiano. Autor de La divina comedia…Su obra refleja las concepciones filosóficas y morales de finales de la Edad Media.
«Después de muerto el poeta, por cartas y documentos que encontraron sus hijos, advirtieron que al texto original de la obra le falaban los últimos trece cantos. Por mucho que buscaban no los encontraban. Una noche, Pedro, el hijo de Dante, vio a su padre en sueños y oyó que le decía que los trece cantos estaban escondidos debajo de las tablas del suelo, en la casa donde había vivido el poeta.
Fue Pedro a la casa con Giardini, un amigo suyo, levantaron las tablas y allí encontraron, muy bien envueltos, los trece cantos que faltaban y que Dante, en un momento de revuelta política, había escondido».
De Gaulle, Charles (1890-1970). Militar y político francés, fue líder de la resistencia durante la ocupación alemana. Entró triunfalmente en París en 1944 y presidió el Gobierno Provisional.
«El ministro Pouis Joxe llegaba con frecuencia retrasado al Consejo de Ministros. El general nunca le decía nada. Hasta que una de las tantas veces Joxe se excusó:
–Perdone mi retraso, general, pero es que…
De Gaulle levantó la mano interrumpiéndolo:
–No se preocupe. Que llegue usted puntual o con retraso no tiene la más pequeña importancia para el país.
Desde aquel día Joxe llegó siempre puntualmente».
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